Ser presidenta del DIF...
Jesusita Reyes de Esparza y
La Escuela “Miguel Ricardo”
En el caso de Aguascalientes todas las
primeras damas –estatales o municipales- tendrán sin duda de qué enorgullecerse
y sentir cierta satisfacción al recordar su paso por el servicio público
“voluntario”. Si bien, todo tiende a olvidarse...
En el corazón de Villa Juárez, Asientos,
hay una escuela en contra esquina con el templo, que lleva el nombre de “Miguel
Ricardo”, todavía puede decirse que es moderna, no obstante que su construcción
date de 1977, aunque su antigüedad es mucho mayor.
De hecho el nombre –“Miguel Ricardo”- es
la mejor referencia de la antigüedad del plantel ubicado en la avenida
Francisco I. Madero Ote., colonia Agua nueva. Miguel Ricardo
El Miguel Ricardo cuyo nombre lleva esta
escuela, no es por Miguel Ricardo de Álava y Esquivel, conocido como el General
Álava. Militar, político y diplomático español que aparece en Wikipedia.
El Miguel Ricardo mexicano fue un
agrimensor, quien según la información disponible, fue asesinado al descender
del tren en la estación San Gil, cercana a Villa Juárez, a donde se dirigía
comisionado por el Gobierno para hacer la distribución de tierras de haciendas
a los campesinos, al término de la revolución (1910-1920), misma forma y mismo
motivo por el que murieron muchos otros hombres, como el General Jesús H. Alba,
quien residía en Aguascalientes y murió en una celada en la ciudad de México.
A la llegada del profesor J. Refugio
Esparza Reyes al Gobierno de Aguascalientes (1974-1980), la escuela Miguel
Ricardo, originalmente construida de adobes
y con pocas “aulas” acusaba visiblemente los efectos del paso del tiempo
y lo que este carga.
Al asumir la presidencia del entonces
Instituto Nacional Para la Protección de la Infancia (INPI) en
Aguascalientes, la señora Jesusita Reyes de Esparza supo que era
su oportunidad para dar a los niños de su natal Villa Juárez, una escuela más
digna.
“Allá
por los años treinta, la mayoría de los niños del barrio de la Lagunilla
acudían al colegio vestidos con harapos y huaraches y un vaso de pulque con
tortillas duras en el estómago, ese era su desayuno. Impresionados por tal
situación, un grupo de maestros de la escuela Luis Murrieta, decidieron aportar
su propio dinero para la compra de pan y leche. Sin embargo su propia economía
sólo les permitió alimentar a ocho niños.
Cambiaron los tiempos y quiso el destino
que de ese grupo de mujeres, una de ellas llamada Eva Sámano, se convirtiera en
esposa de Adolfo López Mateos, quien como presidente de la República e
inspirado en la preocupación de su mujer, el 31 de enero de 1961 decretó la
creación del (IPI).
Este nuevo organismo descentralizado, con
personalidad jurídica y patrimonio propio, tendría como principal propósito el
proteger a la niñez por todos los medios a su alcance, así como suministrar a
los escolares servicios asistenciales complementarios, en especial mediante la
distribución de desayunos, tarea que ya había iniciado el gobierno en 1959,
cuando se comenzaron a repartir 30 mil raciones que en muy poco tiempo fueron
insuficientes.
En el Gobierno de Gustavo díaz Ordaz cambió a INPI, que continuó esa labor, que no
sería la única a su cargo, también ofreció los servicios de guarderías, jardín
de niños, orientación nutricional, dispensario, banco de leche y centros de
rehabilitación para personas con discapacidad.
En 1975, siendo presidente Luis Echverría
Alvarez la institución cambió de nombre, Instituto Mexicano de Protección a la
Infancia y dos años más tarde, en el sexenio de José López Portillo, por
iniciativa de la señora Carmen Romano se fusiona con el Instituto Mexicano de
Asistencia para la Niñez –el famoso IMAN– y se crea el Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia, que se conoce como DIF. (Con datos de la
Revista Siglo Mexicano).
No le fue fácil a doña Jesusista lograr
su propósito, eran tiempos de pocos recursos y pensar en que el Gobierno de su
esposo financiera la obra de reconstrucción de la escuela primeria Miguel
Ricardo, era poco menos que imposible, y lo que el Gobierno Federal asignaba a
los Estados venía “etiquetdo”. Sin embargo, no se dio por vencida. Viajó a
México e hizo diversas gestiones, tocó puertas
y conmovió corazones, hasta que encontró la respuesta, y el Gobierno de
la República le realizó su sueño. La humilde escuela de adobe, rendida ante las
circunstancias, cayó abatida y cedió su lugar a un plantel moderno, hoy vigente,
lleno de árboles y plantas en sus jardines.
Pero, no sólo fue la edificación: Cuando
hubo conseguido que le construyeran la escuela... pidió que la equiparan. Y lo
consiguió: los funcionarios del gabinete presidencial no pudieron negarse a lo
solicitado por tan decidida mujer, y fue así como los niños de Villa Juárez
estrenaron escuela, ¡de todo a todo!
Doña Jesusita Reyes, ahora viuda de
Esparza no quiere hablar de ello, ni de nada de lo que hizo como presidenta del
DIF Estatal. “Era mi trabajo”, se concretaría a decir, en la sencillez que
tanto a su marido, como a ella les es caracteristico.
La Escuela Nissan fue construida con lo
más moderno en el ramo, y opera bajo la dirección de la profesora María
Angélica Santos Rodríguez y el Subdirector, Armando Acosta.
La comunidad de Villa Juárez les guarda
un especial agradecimiento a los ejidatarios del lugar, por la donación del
terreno: los 322 miembros del ejido aprobaron unánimemente la solicitud apoyada
por el Jefe del Ejecutivo, Carlos Lozano de la Torre. (Matías Lozano Díaz de León, Octubre de 2016)
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