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Mercado Interno México y el TPP Juan Manuel Rodríguez



¡ALERTA! Del Nobel Stiglitz y de Hersh

TPP DEJA INERME
A MEXICO ANTE
TRASNACIONALES

*Revelación de documentos confidenciales filtrados
*Acuerdo Impide a México legislar en salud y ambiente
*México está a punto de rendirse ante las presiones

Juan Manuel Rodríguez


El premio Nobel de economía Joseph Stiglitz y  el economista senior del Instituto Roosevelt Adam S. Hersh, lanzaron un preocupante alerta que parece no haber conmovido a nuestros funcionarios y legisladores, partidos políticos, a la prensa, a organismos sociales y a la sociedad en general, sobre el peligro que representa el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), no sólo para nuestra industria y economía, por la apertura comercial desigual que implica, sino que “probablemente requiera cambios fundamentales en las instituciones jurídicas judiciales y regulatorias”.

De retóricas políticas califican Stiglitz y Hersh las ofertas de los funcionarios de que el TPP es en beneficio de los pueblos y los países, y su conclusión fue “si el presidente Peña Nieto desea hacer lo correcto para el pueblo mexicano, instruirá al secretario  (Ildefonso) Guajardo Villarreal para que rechace un acuerdo que dejará el futuro económico de México en manos de inversionistas multinacionales”.

Los dos economistas,  el primero profesor de la Universidad de Columbia y el segundo investigador visitante de la propia Universidad, en el análisis publicado este fin de semana (La Jornada, 3 oct 15) añaden que con el TPP, México está pagando un precio muy elevado por muy poca cosa a cambio, y explican que con el TLCAN con EU no necesita mayores accesos a mercados estadunidenses o internacionales.

Para empezar, por la falta de acuerdo con las “reglas de origen”, se afectará la industria automotriz pues con el TLCAN el 62.5 por ciento de contenido en autos debe venir de los países miembros de dicho TLC, pero un tentativo acuerdo EU-Japón el contenido lo bajaría a 45 por ciento para autos y 30 por ciento para autopartes, lo que significaría abrir el mercado a productos extranjeros, como por ejemplo, de China, que no tiene compromisos de reciprocidad para abrir su mercado. Esto es calificado por dichos especialistas como un retroceso respecto al TLCAN  y afectará drásticamente el mercado integrado automotriz con efectos en industrias que surten este mercado de Norteamérica, como acero y otros metales, plásticos y materiales avanzados. Incluso mencionan que el representante comercial de EU elaboró un pacto que en materia automotriz beneficia más a Japón y China y que a sus propios socios del TLCAN, Canadá y México, que son los perjudicados.

Al elevar la protección de los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI) se benefician empresas de países avanzados y a México incluso se le exige más que en el TLCAN como por ejemplo en
Farmacéuticos donde cabilderos de EU presionan para proteger sus empresas monopólicas, lo que Implica proteccionismos que nos evitarán tener acceso a los medicamentos genéricos y quedaremos dependientes de la industria farmacéutica extranjera de patentes más cara, cuya exclusividad o monopolios se extenderían por más años. Lo que buscan no es introducir nuevos medicamentos innovadores para salvar vidas, sino con los mismos que ahora distribuyen, mantener alejados a los competidores y tenerlos fuera de los mercados.

El Tratado no fortalece los
procesos democráticos

El documento señala que lo anterior se logra mediante procesos regulatorios “aparentemente oscuros” sobre la “vinculación de las patentes”,  y datos biológicos que permitirían a las compañías de medicamentos ampliar de forma colectiva sus patentes por más años.
Lo que preocupa a los investigadores es que un Acuerdo de esta naturaleza es difícil de modificar, pero la ciencia en medicina cambia rápido y avanza y el tratado evitaría tener acceso a lo nuevo, lo cual es un error y debería dar facilidades para que periódicamente Ejecutivos y Legislativo introduzcan cambios. Un Acuerdo del Siglo XXI, dicen, podría favorecer los cambios democráticos,pero el TPP “hace exactamente lo opuesto”.

Textualmente el análisis dice que “el TPP  limitaría que los gobiernos de los países miembros –incluido México— aprueben reglamentaciones para proteger la salud pública,, la seguridad o el medio ambiente, o cualquier otro aspecto del bien público”. Podría el tratado crear mecanismos de solución de controversias que permitirían a inversionistas extranjeros demandar a los gobiernos si creen que una legislación podría afectar sus ganancias. Los autores del estudio señalan que esto no es hipotético pues ya México ha pagado  en tres casos a empresas norteamericanas, incluido el caso de la fructosa a Cargill.

El arbitraje obviamente  sería privado, --opaco al público-- y vinculante, “incluso si el resultado contradice las leyes nacionales” y la empresa recibiría compensación por pérdida de ganancias.
“Ciertamente, una mayor integración comercial y de inversión  con el mundo es muy prometedora para México –concluye el artículo--, pero el TPP no es la manera de lograrla”, porque no hay evidencia que la protección a los inversionistas y un fortalecimiento de los derechos de propiedad traigan innovación a la economía mexicana.

“Lo que harán es asegurar que una mayor parte de los sueldos de los esforzados trabajadores mexicanos terminen en los bolsillos de las corporaciones extranjeras”.

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