Por el sólo hecho de
que la información es la materia prima de los medios de comunicación
impresos, sonoros, audivovisuales, digitales y de todo tipo se vuelven una
pieza fundamental en el proceso de transformación social hacia una cultura de
igualdad entre mujeres y hombres donde los derechos humanos fundamentales de
las primeras no sean un tema pendiente y sobretodo rezagado.
El estereotipo de la
mujer que principalmente los medios de comunicación refuerzan con sus
imágenes e información fue el tema principal del taller Medios de
Comunicación: El Medio para avanzar en la igualdad sustantiva entre mujeres y
hombres promovido por el Observatorio de Violencia Social y de Género de
Aguascalientes (OVSGAgs) con apoyo de la Instituto Nacional de las Mujeres,
la Comisión de Derechos Humanos de Aguascalientes (CEDHA), la Fiscalía
General del Estado, el Instituto Aguascalentense de las Mujeres (IAM) y el
Centro de Capacitación para el Desarrollo Comunitario (CECADEC).
Y es que la
información que circula hacia la ciudadanía a través de los medios replica
características que responden a un estereotipo de mujer que según Pablo
Navarrete Gutiérrez, coordinador de asuntos jurídicos de INMUJERES, por el
sólo hecho de ser roles preconcebidos es ya un acto de discriminación porque
dicha imagen mostrada implica una serie de calificativos o descalificaciones
que las sitúan a en una situación de desventaja, tal y como sucede cuando les
son violados sus derechos en cualquier ámbito.
Desafortunadamente
en nuestro país, el ejercicio del lenguaje incluyente no sexista se ha
minimizado a tal grado de considerarlo obsoleto en el proceso de avance hacia
una vida libre de violencia y sin discriminación para las mujeres, sin
embargo este es un mal entendido porque cambiar el lenguaje implica cambiar
comportamientos y hacerlo desde las estructuras mediáticas implica un aporte
significativo en la revolución cultural.
El movimiento a
favor de las mujeres sigue y seguirá vigente mientras la brecha de género,
que es esta diferencia en el ejercicio de los derechos entre mujeres y
hombres no quede abatido en todos los ámbitos, social, familiar, de la
impartición de justicia, seguridad, laboral e incluso el de la paridad
política y los cargos de toma de decisiones. Son justamente los observatorios
de la ciudadanía quienes exigen a las autoridades cumplir con la parte que
les corresponde y a los medios de comunicación presionarles para en conjunto
hacer un frente común en pro de las mujeres y que incluso lleguen a hacerse
campañas de condena en contra de aquellos medios o mensajes que discriminan
y/o promueven la violencia de género.
La violencia
ejercida a través de las imágenes y mensajes que aparecen en los medios de
comunicación es parte de una cadena cuya manifestación más cruda es el
feminicidio, que según Navarrete Gutiérrez es un delito pluriofensivo porque
no sólo implica quitarle la vida a una mujer, sino su libertad, derechos y
aspiraciones.
El interés de las
organizaciones civiles al exhortar a los medios a sumarse a esta causa no es
provocar una confrontación ni denostar el trabajo hecho a través de sus
plataformas informativas, sólo busca hacer alianzas que hagan menos pesado el
camino hacia la igualdad.
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