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Abril 25…

Desbancó la “Jugada” y llenó
de vino la Fuente del Jardín

Cumple 119 años la Plaza de Toros San Marcos

 Por Matías Lozano Díaz de León

Gracias a que siempre hay no sólo quien haga la historia, sino también, quién la crónica, la investigación, la recreación como en este caso don Alejandro Topete del Valle, podemos hoy asomarnos -y asombrarnos- a las escenas de la Feria de años pretéritos, y ver que personajes como Wilson el intrépido o Sabino Escarreola, “causan el azoro en los ojos párvulos con sus incipientes pruebas de aerostasia. . . ¡Cabeza parlante! ¡Arañita huma­na!— espejos y luces en trance de truco— ¡qué azo­ro han dejado!

Abril, veinticinco. Plaza del "Buen Gusto". El tiem­po diluye la vida fugaz… Bernardo Gaviño con Lino Zamora. Ponciano... Bombita. . . Don Luis Mazzantini... Potoco… Ecijano. . . Gallito, tal vez, Ro­dolfo Rodarte. . . ¡Qué sé yo! Después. . . Coso de San Marcos: Rodolfo Gaona con Sánchez Mejías... Joselito Flores. . .Taurofila en brete: ¡Ora don Ponciano! Miguel Rul sonríe maliciosamente levantando un coso en cua­renta días, porque al empresario de la vieja plaza, don Carlos González, ante sus crecientes pretensiones vanas, pasmado ha dejado. ¿Que vendrá el Potoco, o bien Juan Jiménez, alias Ecijano?

Ojos extasiados ante El Panorama, Le Petit Trianon. . . El Louvre… Versalles. .. Me han vendido el mundo por mis tres centavos. . . Aún queda cuar­tilla para un despilfarro en La Pasadita, chorizo, tostadas…

Feria de San Marcos, feria de la vida… Tumulto de gentes; cornetas... tambores... chacos remata­dos de airoso pompón; —charol reluciente, marchan "los canutas", hacia el viejo barrio con aire marcial, a instalar solemnes, con el pintoresco nombre de vi­vac, lo que constituye una comisaría, transitoriamen­te, que en forma auxiliar, cele por el orden y seguri­dad, de bienes y gentes a la vez que afiance normas y principios en los que se funda, severo, imponente, todo el ejercicio de la autoridad.

El cuerpo edilicio y el jefe político, se han dado a la empresa de modernizar. Con el "gas petróleo" cam­bian los sistemas, los viejos sistemas de iluminación. Calles que circundan al jardín florido, las de Demo­cracia y de la Merced, hoy lucen flamantes "torches" de petróleo, recién adquirido de "firma extranjera", ¡mejora imponente, que en el vecindario causa ad­miración!

De Atemajac de las Tablas, Mariano López lle­gó; tahúr y gallero afamado, la suerte lo distinguió: entre albures y entre gallos, ¡diez mil pesos se ganó! (Para un romance o corrido, buen tema de inspira­ción). Ya la fuente de San Marcos, mandó llenar de "Clarión", del mejor tinto que en plaza, por la ciudad se encontró. Ya invita a todo el concurso, de gentes, sin distinción, a libar públicamente, sin límite o discreción. Y en la euforia de aquel trance todos brindan en su honor, mientras él arroja puños de dinero, en rededor, y proclama a voz en cuello, manirroto y fanfarrón: "¡Ay mundo, no me mereces! ¡Hay pesos por dónde andar!"

Por los empedrados de las callejuelas, repletas de hoyancos, dando de traspiés, van los "Once viejos", sacando el convite, tras pintarrajeado payaso que en burro, proclama excelencias de la fiesta brava, de los lidiadores, las ganaderías, concluyendo al fin, con el consabido grito que es pregunta: "¿Es verdad mu­chachos? .. . ¡ Sííí… ! —Contesta el coro—. Y así la costumbre duró luengos años, paseando los zarzos con las banderillas, con los diestros que iban graves, cir­cunspectos, en sendas calesas y los picadores en flacos jamelgos... De ello sólo queda borroso recuerdo.

Valentina Ubario su fonda ha instalado -Los Campos Elíseos— ¡postinero nombre que le ha adju­dicado! Ved un parroquiano (pintoresco charro, que a gozar la fiesta, de El Tule ha llegado) — "¡Quihubo Valentina! ¿Quihay pues de cenar? le pregunta ufa­no. —Pos siñor don Darío, sólo carnes frías es lo que han dejado— Bueno, Valentina, (responde amoscado) voy a dar la vuelta por La Primavera, mientras en el ínter se hayan calentado".

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