El tiempo de la vida

Francisco Javier Ramos Rivera

Ya se termina el puente para los que trabajan

que les sea leve la jornada y la semana

que la dicha de los jubilados es que todos los días son feriados.

Un saludo y un abrazo y que ya se termine el invierno.

Por mucho tiempo me angustié

al saber que después de los cincuenta

me encontraba en la segunda parte de la vida;

ahora que se que estoy en la tercera

mi preocupación ni a pendiente llega. 

Ya para la cuarta ni cuenta me voy a dar; 

por lo pronto estoy vivo y a disfrutar.

Escuché que un señor le regaló a su hijo un reloj

al parecer muy fino y de elevado precio

y entiendo que sin motivo o por razón ajena

y en el punto de la aclaración que correspondía,

le dijo que era para que apreciara la vida,

que cada momento en el que viera la hora

se daría cuenta de lo afortunado que era

por el regalo recibido de vivir.

Y es verdad, de tanto vivir, no apreciamos que vivimos

y no parece cuestión de méritos previos para ello,

si acaso algún cuidado para evitar tropiezos

y basta ver el reloj  con su sistemático movimiento

para percibir el incuestionable suceso de la vida.

Lo que sí nos debe preocupar es ¿que hacemos con el tiempo?

además de echarle porra al Cruz Azul, a los Vaqueros y a los Yanquis

hablar mal de políticos, lo cual no tiene grado de dificultad;

mandar correos y andar de café en café

ah, y de vacaciones permanentes.

Yo confieso que casi nada hago, salvo mirar a las muchachas

(con los riesgos que ello conlleva).

Francisco Javier Ramos Rivera

<lateneo@hotmail.com>