En significativo acto del Consejo de la Judicatura del Estado, rindieron protesta como juzgadores con nombramiento "definitivo" por diez años, los Licenciados Margarita Zapata Vallejo, como juez primero de lo penal, y Mauro René Martinez de Luna, juez primero de lo familiar, a quienes el magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia y del Consejo de la Judicatura, Juan Manuel Ponce Sánchez invistió con la toga correspondiente, para luego tomarles protesta de Ley.
A nombre del Consejo, el Licenciado Enrique Rangel Jiménez refirió que es un compromiso del Poder Judicial otorgar a la población de nuestra entidad la correcta administración de justicia, y que por ello, después de un análisis y valoración objetiva de su práctica frente al juzgado que les fuera encomendado, el Consejo de la Judicatura resolvió primeramente, reconocer el trabajo desempeñado por los nuevos jueces, y por otra parte, avalar su trayectoria laboral para ratificarlos por un periodo de diez años con todos los deberes inherentes al cargo, al tiempo que les hizo un llamado a ser incólumes y férreos estamentos protectores de los derechos humanos y sociales, en la búsqueda de uno de los más altos valores: la justicia.
Por su parte el presidente de la Sala Civil del STJ, Magistrado Juan Rojas García, fue directo y sentenció, "Hoy les digo, señora Jueza y señor Juez, que con la protesta que acaban de rendir, se han impuesto la esclavitud denominada Judicatura", pues dijo, la función de juzgador exige una responsabilidad extraordinaria, una férrea disciplina, así como perennes esfuerzos y sacrificios personales, ya que solo así puede acometerse con éxito la delicada encomienda que hoy asumen de manera definitiva.
Aseveró que esto no podría ser diferente, si consideramos que el elevado número de causas que hoy se someten a un Juez sobrepasan lo humanamente atendible, de manera que para cumplir con una justicia pronta y expedita los juzgadores ordinariamente extienden su trabajo fuera del horario laboral, todas las tardes y los fines de semana, disponiendo del tiempo a que tienen derecho su propia familia y ellos mismos.
Acusó que los jueces no cuentan con los medios e infraestructura necesaria para cumplir con eficiencia y dignidad su labor, y que por el contrario se les exige a través de quejas, responsabilidades y excitativas, el puntual respeto a los plazos y términos legales, al tiempo que afirmó, las instalaciones en que en ocasiones se improvisan sus despachos no son dignas ni de ellos, ni de los justiciables.
En lo que señaló como un precario esbozo de los retos que enfrentarán como juzgadores, destacó que solo a través del estudio, trabajo y sacrificio constante, vencerán sobre un desafío de tal magnitud.
Por su parte la presidenta de la Sala Penal Edna Edith LLadó Lárraga se dirigió a ambos jueces, quienes ya han desarrollado la función interinamente y les dijo que son un reflejo de lo que es el Poder Judicial, una institución sólida y fuerte, que está en constante proceso de renovación, para ayudar a mantener la armonía social en el estado de Aguascalientes, a través de una justicia accesible y transparente.
Afirmó que como jueces deben seguir siendo un ejemplo, para que la sociedad no pierda la confianza en la justicia y el respeto hacia los órganos jurisdiccionales.
Les advirtió que la tarea no es sencilla, que implica asumir responsabilidad por las decisiones que se toman, sacrificar tiempo familiar y concentrar sus esfuerzos y conocimientos en su trabajo; sin embargo, la satisfacción que se alcanza con la labor cumplida, es invaluable.
Para concluir citó las palabras de Dr. Saldaña Serrano: "El mejor derecho sólo puede ser aquel que es aplicado por las personas más idóneas para dicha labor, y éstas solo pueden ser aquellas que, cumpliendo su deber, se preocupan y ocupan en ser también hombres y mujeres virtuosos", concluyó (boletín).
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