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LEONARDO IBARRA… PUEDE SER UNA REALIDAD.






ESO LE pasa a cualquiera,

señores intransigentes,

o yo no entiendo de toros,

que puede ser, ciertamente.




Pedro Julio Jiménez Villaseñor

QUE FACIL es caerse, levantarse es lo difícil. La inexperiencia y/o inmadurez hacen creer –en los tropiezos- que la luna es de rico queso y el yerro es pasajero, esta creencia indigesta de tal forma que ni con sal de uvas se reacomoda nuestro organismo y da paso a vivir dolido y hasta amargado de la vida. Difícil es luchar buscando el alivio a esa corta edad de cuando uno quiere hacerse torero. ¡Bendita soñadora juventud!... 


Dijo don Renato que hay que saber amar y desamar a tiempo, pero míster Neil Armstrong “dicen que dijo” que la luna no es queso alguno. Se lo creo a ambos.

LA VIDA es para aquellos caídos que se levantan y siguen adelante, también se les llama ¡triunfadores! Sin importar oficio, profesión u cosa semejante. 

FRENTE A quien escribe está un joven con aspiraciones taurinas que siente haber fracasado en su última actuación –es muy común se les adelante en su presentación- y de eso florezca el desencantado tropezón sin llegar a ser un petardo, se esta tal y como se prepara y el tiempo que tenga de entrenamiento, todo tiene solución, todo se puede mejorar, salvo el valor que va en paquete doble y por separado. Este no es el caso, a continuación lo que nos dice el novel Leonardo Ibarra, joven aguascalentense, muy nuevo en el arte de  lidiar reses brava…

“PUES MI papá es primo hermano de los hijos del maestro Calesero, por la edad se lleva con “El Curro” muy bien, esto le contagió para vestir de luces, sin lograr hacerlo, sin embargo  llegó a debutar como aficionado práctico y lo hizo varias tardes, claro está que también asistía a tentaderos y a los entrenamiento con sus primos, algo les aprendió, sobre todo a su tío don Alfonso, todo estaba encaminado a debutarlo pero mi abuelo falleció y no le quedó más remedio que seguir estudiando, esto fue cuando él contaba con tan solo 18 años, es contador publico, radica y trabaja en esta ciudad y tranquilamente puedo decir que mis primeros juguetes fueron los capotes y las muletas que hasta la fecha están en casa, los conservo como reliquia y afortunadamente he logrado hacerme de los propios”.

LEO, COMO le llaman, esta acompañado por otro joven, Rogelio Reyes, quien este si desistió de seguir los pasos de su amigo. Continuamos con el pariente de los Caleseros…

“QUIEN MANDA en casa me leyó la cartilla de manera muy enérgica respecto al futuro de mi vida, me dejó abandonar los estudios por una temporada bajo la condición de que de no existir triunfos volvería a las aulas, y lo voy a decir francamente, solo llevo cuatro novilladas, una en Tlaquepaque, una en Villa García, Zacatecas, y dos en la plaza San Marcos. En la ultima, el 12 de marzo pasado, cometí el error de recibir a mi primer novillo a porta gayola, el golpe fue tan fuerte que toda la tarde la pase medio noqueado, considero que me vi mal, pero me sirvió de mucho, en la próxima ocasión preferiré lidiar desde un principio y así hacer notar mis avances, no dejo de entrenar diariamente y como dice Usted al principio, los errores dejan más de lo que nos imaginamos, esto es muy cierto”.

LE NOTO ilusionado, ya más centrado sobre su futuro, lo bromeo diciéndole que a lo que le tiene temor es regresar a la escuela, que por cierto estudia el segundo semestre de contaduría. Ríe y toca madera, sobre su vida privada cuenta que es hermano de dos varones y una niña que es su consentida a pesar de la lata que le da, es su “fan” principal, uno de sus mayores deseos es convencer a su señora madre a que asista a la plaza y poder brindarle un toro, su abuelo, Jorge Duran, también fue un excelente amigo y aficionado practico. Dicen que… “De casta le viene al galgo” y a Leo le llega por los cuatro costados.

NOS CONFÍA que por delante solo tiene campo, esta en busca de las empresas para seguir luchando, para sacarse la espina que no debió de tocar su epidermis ya que el verdor de la juventud no escucha consejos, aprendida la lección y no le queda más que tener paciencia mezclada con un poco de suerte y volver a verse colado en “el cartel de la revancha”. Yo apuesto que el aguijón clavado saldrá de sus carnes. Por ultimo, escucho y escribo…

“AGRADEZCO A todas las personas que me han tendido la mano, a los ganaderos de Medina Ibarra, a los señores Guerra, a mis papás y hermanos, a Jorge Durán y su hermano Gerardo, a las empresas que me han tomado en cuenta, prometiéndoles que solo requiero de una sola tarde más, y como diría “El Curro Calesero” cuando juega conquián… “Una y feliz o Feliciano”.

NOS DESPEDIMOS, le vemos partir en la compañía de Rogelio, se les ve ilusionados, tal pareciera que acaban de firmar Madrid… ¡Bendita juventud! Bendita, ya que con humildad reconoce sus errores. 

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