El “Mercadito” Calera estaba sobre el
arroyo (Hoy Av. Adolfo López Mateos)
En la fachada de su casa está la placa conmemorativa y una
pintura de como lucía el centro de abastos hace 125 años
Corrió el Primer Maratón Guadalupano de
El Sol del Centro
Patrocinado por el tahúr J. Concepción
Arvizu -“El Naco”-
Matías Lozano Díaz de León
Para: www.cortandoporlozano.com
Caminando por la acera norte de la
avenida Adolfo López Mateos, la gran cantidad de polvo que se desprendía de la
pared de la finca marcada con el 212 nos obligó a bajar de la banqueta y
caminar unos metros por el arroyo de la calle, como también resultaba
inevitable lanzar alguna mirada “furiosa” a quien causaba la polvareda, se
trataba de un joven rollizo, de nombre Juan José Pérez Esquivel quien, armado
con cincel y marro buscaba librar del enjarre el pequeño frente de una
vivienda.
Entonces descubrí que el albañil
trabajaba “pegadito” a una pieza oval de cantera rosa en la que se lee “Mercado
Calera -1890-, y de una pintura de lo
que fue ese centro de abastos; y que a la sombra de un frondoso trueno
observaba la obra un hombre de edad avanzada, quien no parecía darse cuenta de
que toda la tierra caía sobre su humanidad, dándole un aspecto fantasmal.
Volví sobre mis pasos, suponiendo que
aquel hombre sabría mucho acerca de aquellos dos elementos históricos y,no me
equivoqué: don Fructuoso Díaz Macías, quien rebasó la edad de 90 años me
obsequió amena e interesante plática, mucho, todo quizá del Mercado Calera está
escrito, pero la historia de viva voz de sus protagonistas, no sólo de los
testigos es otra cosa, tiene su propio valor.
“El
mercadito (su ubicación era paralela al arroyo) se hacía de dos partes: de esa
casa blanca hacia el centro –dice, señalando una casa cerca de nosotros- había
una pila de agua donde se surtía el mercado para las necesidades de la verdura,
de lavar todo, había una pila. Había unas gradas para allá; llegaba hasta la calle Jesús Díaz de León (de
Washington, entonces) el mercadito, hasta esta esquina (con Colón, antes, “De
la Cárcel”)
(EL MERCADO Isidro Calera fue inaugurado
el 15 de septiembre de 1890, dos años después del fallecimiento del ilustre médico
cuyo nombre le fue impuesto; se localizaba ubicaba a un lado del arroyo de Los Adoberos, entre
las calles de Washington (hoy Díaz de León) y De la Cárcel (hoy, Colón) y que
se reubicó a finales de la década de los años 50 en lo que fue el Cuartel de
Las Palomas, hoy oficinas del ISSSPEA, en Galeana y Rayón. Murió en Abril de 1888, siendo diputado a la XV Legislatura
del Estado (1887-1889), que compartió con el Dr. Ignacio N. Marín, Pablo de la
Rosa, Rafael Sagredo, Librado Gallegos, Crescencio López e Issac Ruíz de la
Peña; también fue diputado constituyente, en 1857. Pero, esa será una historia
aparte).
Cuenta don Fructuoso: “Yo, por ejemplo,
sabía los nombres de todos los señores de por aquí, como el del dueño del
primer local, el de la esquina, se llamaba José Alonso, había otro que se
llamaba Hilario a la vuelta, había un señor que se llamaba Martín Campos y así
por lo sucesivo; había un depósito de petróleo que se incendió y quemó a un
hijo de una señora que se llamaba Valentina, y era de ella esa propiedad.
-¿Qué pasó con el muchacho?
“Se quemó, tenía si acaso unos 15 años,
se murió.
-“Me acuerdo del nombre del carnicero que
seguía de la tienda de Don José Alonso, había una carnicería que el señor se
llamaba Domingo Gonzáles, y había un señor que era periodista y se apellidaba
Pedroza y ese hombre lo conocía uno
porque tenía una bola aquí (dice, llevando su mano izquierda al lado derecho
del cuello), y varias de estas fincas, desde la esquina eran de esa familia
Pedroza (El impresor José Trinidad Pedroza tenía su taller en el número 2 de la
Plaza de Armas), y tenía una hermana, eran dueños de pasando el edificio para
acá”, dice mostrando una serie de locales de la esquina de Díaz de León, a
Colón, de la acera norte.
“Ese local era de “El Picudo” (Roberto
Díaz Rodríguez, dirigente obrero, a quien procedió Jorge Rodríguez León -1990-1998- y a este, Alfredo González), era
dueño de esa finca, la cromada y la amarilla (acera sur de López Mateos) eran
una misma, era dueño de esa, y allá atrás (calle Héroes de Chapultepec) tenía
otra finca, que era un mesón.
- ¿Donde estuvieron las oficinas de la
FTA?
-“Las oficinas de la CTM estuvieron
primero acá, en Hornedo, donde quiera hacia él borucas para embaucar a la
gente, pero era un mesón ¿cómo se hizo de ese mesón?
-Tenía dos hermanos, uno era periodista,
le decían La Patola y no se podían ver los dos hermanos, y tenía otro hermano,
era sastre, vivía junto al templo de san Juanito.
“Roberto Díaz era músico y tocaba en el
Francia en aquellos años, por el lado de la calle Madero, y después fue músico
de los cabarets de los tiempos de “El Papi”, y
le decían el Papi y según él era esposo de una señora que tenía tres
cabarets en la calle Jesús María, donde era la zona de tolerancia (que mucha
gente identificaba como “La Chueca”, aunque la “descripción” corresponde a la
calle 5 de Mayo, llamada así por lo mal trazada).
-¿Usted tenía local?
-“Siempre fui dueño, mi mamá (Carlota
Macías) fue dueña siempre, de un local
en el mercado. De la pila para acá (del
centro del arroyo (lo que ahora es la avenida Adolfo López Mateos hacia el
norte) eran puros puestos de madera y puros puestos tirados en el suelo, y de
ahí para allá era de tejabán como se ve ahí, se dividía en dos partes el
mercado. Y en la pila alrededor vendían el agua miel, las gorditas, la raíz
(camote) con leche, todo lo que era en aquellos tiempos, era lo más bonito que
había, digo por la juventud…
-¿Y el arroyo?
-“El arroyo era una bóveda, cuando
tumbaron esa bóveda yo junté toda esa piedra (señala los bloc que el albañil ha
dejado al descubierto) antes de que Olivares Santana y el padre (Felipe
Reynoso) del ex gobernador que traen en jaque, lo taparan.
-“Cuando se hizo la avenida, Olivares
Santana y Felipe Reynoso tumbaron todo y a nadie le pagaron nada, quise ir yo
con un abogado a que nos defendiera, pero según eso Olivares Santana y Felipe Reynoso ya
tenían un acuerdo con ellos, que no litigaran por nadie, esa fue la gracia de
Olivares Santana (de quien don Fructuoso tiene recuerdos nada gratos), y menos
de don Teodoro Olivares, de cuya enfermedad hace amplia descripción).
(En ese momento de la entrevista llega un
hombre –Salvador- en bicicleta a saludar a don Fructuoso).
-“Este es sobrino del músico, de Don
Roberto; es hijo del sastre, de Jesús”.
“Nunca nos ayudó –refiere el sobrino, sin
más introducción al tema-. El era de gente pobre, se le murió su mamá desde
chiquito y mi tía lo crió y no la ayudó para nada, ¿nomás una cama de madera y
una cobijita, para la persona que lo crió”?
-“Eran tres hermanos: Salvador (“ La Patola”-,
el sastre Jesús Díaz, que era el verdadero
“Picudo”, porque tocaba en la Banca Municipal,
y Roberto, que tocaba en los cabarets”, cierra don Fructuoso, y retomamos el
tema del arroyo embovedado.
-Nos decía que el arroyo estaba embovedado.
-¿Sobre la bóveda estaban los puestos?
-Sobrino de don Roberto: -“Ahí donde está “El Puente” la tienda- era la
carnicería de Daniel”.
-“Sí, pero el dueño era de don José”,
complementa don Fructuoso.
-¿Tuvo familia, don Fructuoso?
-“Sí, pero nomás 7”.
-¿Cómo se llamó su esposa?
-Se me murió hace 22 años, se llamaba
Estela Huerta Ramírez
-¿Los nombres de sus hijos?
-Jesús, José, Martín, Francisco, Adán, Ramón, ¿cuántos van? Ya no me fijé cuántos van”.
-A ver
¿los nombres de los nietos? …
-¡Uy no!, son como 50: nietos, bisnietos,
tataranietos….
-Sobrino de don Roberto: “Yo, cuando tenía mis hijos, me daba vergüenza cargarlos, ahora ando con los nietos uno de
cada lado”, dijo, mientras se trepaba a
su “mariposa”, al ver que preparaba la cámara para tomarle una foto con don Fructuoso.
¡Y se fue!.
-Entonces, ¿la misma bóveda, servía como
puente?
-“Era el puente, era una bóveda grande”
- Además, había un puente ¿En qué parte
estaba?
- "El puente estaba en la Josefa Ortiz de
Domínguez, las piedras de la fachada las tomé de aquí, es que de ahí de Díaz de
León, para allá (señala al oriente) no estaba embovedado, nada más estaba
embovedado de ahí aquí (de su casa, a mitad de la acera) a Colón. - Ya lo demás,
era el arroyo.
(No me queda clara la descripción de la
bóveda, entiendo que estaba a desnivel y no permitía pasar de un lado a otro
del arroyo, pues don Fructuoso señala que había una calle de cada lado y de
ambas el límite era el cauce)
-"Este
arroyo nunca, nunca se inundó y ahora que pusieron los tubos, cada vez
que chispea se inunda, ya a veces ni llueve y baja el agua de allá arriba, muy
cargada. Nunca han desazolvado los tubos, nunca los han limpiado, entonces, me
figuro que por eso el agua sale por arriba (brota por las alcantarillas); Eso, en primer lugar: porque nunca va a comparar 5
metros a dos metros o lo que dé el ancho del tubo, ¿usted cree que eso va a ser
suficiente?
-Le damos la razón, y continuamos la
plática.
-"Así es de que…, acá, en la José María
Chávez, estaba el mesón de Jesús, en la mera esquina de José Ma. Chávez y la
plaza; y después estuvo la Flecha Roja
(luego cambiaría a Omnibus de México), y más abajo, por la misma calle estaba
otro, creo que se llamaba El Refugio (luego casa de huéspedes Tina)
-"Y en la esquina, estaba una pila, que
dividía la calle José Ma. Chávez, la
calle de Rayón y la calle de Molina, esa calle empezaba de esa guarnición (un
poco del camellón de la avenida López Mateos) para allá, era una calle y se
llamaba Molina (actualmente, la acera sur de la avenida).
-¿Estaba a la orilla del arroyo?
-"No, estaba a la orilla del mercado. El
mercado estaba en alto y la calle estaba abajo.
- "En Galeana había un cuartel , de donde
los militares sacaban a las bestias a pasear al llano.
-¡El de las palomas!
-"¡Sí, el de las palomas! Y de ahí se venían y
entraban por esa calle (Molina) que pasaba por el callejón al cuartel".
- Muy interesante todo, don Fructuoso.
-"Sí. En la calle 5 de mayo, poca gente se
acuerda, y a lo mejor ni usted se da cuenta, en el mercado grande, había un
depósito con balcón, había un corredor arriba de las gradas y subían a
depositar la basura, llegaba el camión por la puerta 5.
- "Y aquí también se incendió el mercadito
(Calera), pero nomás de los puestos de tejabán para acá se quemó, los
tejabanes, no, es que una menudera dejó la lumbre prendida y se incendió todo.
-¿Cómo se llamaría?
- "Ella se llamaba Luz; Mi mamá tenía un
puesto donde vendía su comida, después falleció mi mamá y quedó mi hermana. Mi
hermana se puso ahí en Palmira en la esquina, donde da vuelta la esquina (Portal de Jesús, que habrá desaparecido en la administración de Fernando Gómez Esparza, era un predio privado, que luego adquirió el Ayuntamiento), había
banquitos, ahí vendía la comida mi hermana, todavía vive, tiene 93 anos, y yo
91.
-Y ¿cómo se llama su hermana?
-"Amparo Díaz Macías. Se me hace que a ella sí la conoció
usted. Ella tuvo en frente del Hospital Hidalgo,
en el costado aquél, su restaurancillo, también estuvo allá, ya ahorita no, ya
la pobre, nada más está sentada en su casa. A mí, gracias a Dios que todavía me
da licencia de andar…
-¿Renta usted el local para la agencia de
bicicletas?
-"No, es mi muchacho, él la trabaja.
-"Estos son albañiles (señala a Juan José
Pérez Esquivel, joven alarife que
trabaja con cincel y marro muy cerca, alrededor de la antiquísima pieza de
cantera rosa en la que está grabada la fecha en que se inauguró el mercado
( ).
-“Nada más que me hice de una feriecita y
pos, estoy arreglando la fachada.
-“Pedí ayuda al gobierno y nunca me quiso
ayudar, después de que ellos mismos nos tumbaron y nos hicieron todo…
-Un día vi a Silvia (Garfias), ya es
diputada, y me dijo que ella me ayudaba para arreglar el frente, pero ya ni
siquiera he podido verla. (Le prometí que le daría su mensaje, lo cual hice,
pero tampoco recibí respuesta de la diputada).
-"También vivieron en estos rumbos unos
luchadores. ¿Conoció al Gorila Macías? –me pegunta y contesto afirmativamente.
-"Vivían en la esquina de Juan de Montoro
y la plaza; primero, en la mera esquina estaba un boliche, donde ahora es el
edificio donde está Jesús Aguilar (Edificio Consvill) y en seguida estaba la
puerta de la casa de los “Gorilas”. Ahí vendían cena ellos, toda la familia.
Uno de los Gorilas se llamaba Jacobo. Yo conocí a mucha gente, no más que a
veces se me olvidan los nombres.
TRABAJÓ CON DON ANSELO LOPEZ
-"Yo trabajé con Anselmo López, trabajé 10
años y me corrieron, le voy a decir de qué manera aprovecharon para correrme:
pedí un permiso a la empresa para ir a México dos meses y me lo dio; pedí permiso al sindicato y me lo dio, pero
verbalmente, y cuando regreso, a los tres días, me mandó hablar el gerente, se
llamaba José Macías. ¿Y por qué?: “No, pues es que ya ni nos acordábamos de
usted, desde que abandonó el trabajo ya ni quien se acordara”. Yo le eché la
viga, estaba yo joven , me valía sombrilla. “Yo creía que las personas valían
por la indumentaria que portan, era como sacerdote, algo así, eran de la
Iglesia, Anselmo López y ellos, eran apegadísimos.
-"Entonces en ese tiempo, ya cuando me
corrieron vino el sistema del maratón (Guadalupano, de El Sol del Centro), y me dije: voy a entrar al maratón; estaba chavo todavía, entré al maratón y dije,
bueno y quien me patrocina? ¡Ah, pues don Anselmo López, si a mí me corrieron
sin motivo, tengo cara de irles a pedir un favor. Ya llegué, señor Don Anselmo,
buenas tardes, vengo con una molestia, quiero que me patrocine. Dice: mira, te
voy a dar lo que necesites pero no anuncies mi nombre porque ya está bastante
acreditado, te voy a dar una tarjeta para que vayas... con el que mataron, el
de la ruleta (J. Concepción Arvizu, “El Naco”), le ayudo.
-"¡Con ese! Fui y me dieron mis cosas,
pero cuando estaba con don Anselmo, se queda viéndome y dice: “Yo a ti te
conozco”, -y como no, Don Anselmo si trabajé tantos anos… Pero su secretario me
corrió sin motivo. Y me dijo: “Mira Fructuoso,
desde ahorita te metes a trabajar” pero en ese tiempo Dios me estaba
socorriendo, puse una mesa para vender pollos tasajeados y le dije, mire: ahorita no, porque me está
yendo regular ahí donde trabajo, si algún día necesito, ¿puedo venir? -“Desde
ahorita tienes las puertas abiertas”.
-“Me lo dijo delante de su hijo Anselmo
López, entonces transcurre el tiempo y yo tuve la necesidad del trabajo para
enseñar a mi muchacho a trabajar, ya fui con Anselmo, y le dije, “Oye Anselmo”
(yo le hablé de tu porque se crió ahí con nosotros), tu te diste cuenta que tu
papá me dio la orden de que cuando yo necesitara tenía las puertas abiertas.
-"Me
dice: “Mira, Fructuoso, te voy a hablar claro, el negocio va para abajo, estoy
cerrando la fábrica porque nos ha ido mal” (y me da don Fructuoso su versión –que
es la historia que todos conocen- del porqué de la debacle de esa empresa, en
la que hasta Olga Breeskin salió a relucir, pero que nos reservamos).
-"La fábrica estaba aquí, en Hornedo,
había una pensión que se llamaba la pensión de Hornedo ¿ no la conoció esa?
Estaba aquí, atrás entre Jesús Díaz de
León y 16 de Septiembre. Donde está la
imprenta, ahí era la fábrica de Anselmo López, de hilados y tejidos, donde se
cardaba la lana y se metía a la maquinaria para producir hilo, yo fui operador
como de 6 máquinas ahí, y ya fue cuando me dieron mi cheque.
-¿Y, cómo le fue en el maratón?
-¡Uh no, en el maratón llegué en el lugar
57!
-¡Pero llegó!
-Sí, llegué, y jugué otros maratones, hasta que llegué en la cola.
-Fue el primer maratón Guadalupano, ese
lo corrimos como compañeros una familia que les dicen los “Chichí” sabe si lo
conocerá… es tapicero. Aquí en la calle de Hornedo está un hermano que se llama
Arnulfo y esos, los dos corrimos el maratón, nos hicimos compadres, y hasta la
fecha “adiós compadre y adiós compadre”.
-"Seguí corriendo, pero nunca fui un
corredor de oficio, yo andaba trabajando por ejemplo, de albañil en mi casa, me
bajaba de la escalera casa para irme a correr".
-¡Pura afición!
-"¡Sí, antes corría"!
Nos despedimos de don Fructuoso,
reiterándole nuestra intención de recordarles a las autoridades que en la
fachada de su casa están dos elementos históricos de cuyo cuidado debieran
encargarse ellas. Cumplimos nuestra promesa, pero al parecer ninguna autoridad
atendió el llamado.
(¿Quién fue Isidro Calera? Esa, es otra
historia)
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